Al igual que un iceberg, las organizaciones poseen una parte visible y tangible, que suele ser el centro de atención. Sin embargo, también cuentan con una extensa parte oculta que, en muchas ocasiones, recibe menos atención en términos de gestión. A medida que nos adentramos en esta parte oculta, nos encontramos con niveles de abstracción más profundos. Identificamos tres niveles principales: Operaciones, Gestión y Cultura. Estos niveles están intrínsecamente interconectados, formando así un sistema complejo, que determina los resultados.